Cartel

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lunes, 18 de octubre de 2010

¿Independentismo canario dividido?

Inekaren y Azarug han convocado para el próximo 23 de octubre en Aguere la próxima manifestación por la descolonización e independencia de Canarias y seguidamente el CNC y MUPC bajo el nombre de "Mesa por la unidad" lo han hecho en Santa Cruz, al amparo del periódico "El Día".
Para cualquier persona, este hecho insólito, convocar dos manifestaciones independentistas el mismo día será señal de debilidad del independentismo, de enfrentamiento fratricida entre la izquierda independentista y los denominados interclasistas, y podría achacarlo a que los diferentes grupos y sus dirigentes políticos no quieren entenderse.

¿Pero qué diferencia ambas convocatorias?
Todo.
El día 23 de octubre, se defienden dos modelos de independencia públicamente, dos modelos antagónicos, enfrentados e incompatibles.
El día 23 de octubre, en Aguere, defenderemos un proyecto independentista, de construcción popular, un proyecto que crece y se construye con el pueblo canario, defendiendo sus intereses de clase, defendiendo sus intereses como trabajadores, defendiendo un modelo económico productivo y no especulativo. El proyecto que defendemos en Aguere el día 23 es la construcción de la independencia Canaria a través de un pueblo organizado y soberano, capacitado para tomar las riendas de su país y derrocar a toda la oligarquía y caciquismo de las islas, a la burguesía colonial, cuyo origen se remonta a la propia conquista y cuyo poder nunca se ha visto interrumpido en toda la historia de Canarias, luchar contra el caciquismo es luchar contra España, pues sus propios orígenes como clase se remiten a la conquista castellana. Por tanto, el proyecto que defendemos en Aguere el 23 de octubre es un proyecto para la construcción de un país nuevo, un país sin la clase política y económica que ha condenado a nuestra tierra durante seis siglos, un país en el que el agua, la tierra, el mar sean públicas y no se especule con ellas ni con la sanidad, la educación ni ningún bien de primera necesidad, un país soberano con un pueblo organizado y por tanto que no se doblegue a los intereses de multinacionales y poderes extranjeros. El proyecto que se defiende en Aguere, es un proyecto revolucionario, un proyecto independentista que defienda los intereses de las trabajadoras y trabajadores canarios. Un proyecto de plena soberanía para Canarias, de independencia.

"La lucha contra la burguesía de los países subdesarrollados está lejos de ser una posición teórica. [...] No hay que combatir a la burguesía nacional en los países subdesarrollados porque amenazada frenar el desarrollo global y armónico de la nación. Hay que oponerse resueltamente a ella porque literalmente no sirve para nada. Esa burguesía, mediocre en sus ganancias, en sus realizaciones, en su pensamiento, trata de disfrazar esa mediocridad mediante construcciones prestigiosas en el plano individual, por los cromados de los automóviles norteamericanos vacaciones en la Riviera, fines de semana en los centros nocturnos con luces de neón."
Frantz Fanon (1925 - 1961)

¿Está el independentismo dividido?

Sí. Está dividido, porque para nosotros es inadmisible vender la legítima y digna lucha del pueblo canario de obtener su soberanía a la oligarquía, a los intereses de las elites políticas y económicas que ya hoy rigen el destino de nuestra tierra. Eso es una traición a nuestro pueblo.

Por ello, instamos al pueblo Canario, a acudir a la manifestación del 23 de octubre en La Laguna (Aguere), en defensa de sus derechos, en defensa de su soberanía.

Inekaren y Azarug. Convocantes.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La soberanía nacional como estandarte

A sólo dos semanas de la celebración de una nueva manifestación por la Descolonización e Independencia, volvemos a convocar al pueblo canario a esta cita.

Vemos cada día como nos instrumentalizan en pos de objetivos y logros que no son de nuestra incumbencia: nos hacen partícipes de victorias deportivas que en nada tienen que ver con nuestro pueblo, con la manida táctica de “pan y circo”. Se pretende que seamos un pueblo domesticado, aborregado, alienado, que sólo sea capaz de salir a la calle por eventos deportivos (debidamente instrumentalizados políticamente), pero no para reivindicar mejoras en nuestras condiciones de vida, para hacer frente a la pérdida de derechos de los trabajadores. Los medios de comunicación nos encierran en una burbuja de falsedades para que no percibamos la realidad más inmediata, el día a día.

Nos intentan vender como positivo que una de nuestras más importantes ciudades sea elegida como Capital Cultural Europea, cuando ni somos geográficamente europeos, ni podemos presumir de defender nuestra propia cultura, cuando vemos que tras tanta pompa, pretendidos títulos de patrimonio histórico, la política cultural en Canarias deja mucho que desear. A través del fútbol, los carnavales y la política, pretenden que sintamos como nuestra la rivalidad de las burguesías hegemónicas de distintas islas por repartirse su parte del pastel. Vemos como nuestro medio natural está siendo destruido para beneficiar a una ínfima minoría de la sociedad canaria, esa ínfima minoría que detenta el poder político y económico. Todo esto tiene tres aliados: el Gobierno del Estado Español, el Gobierno Autonómico de Canarias y los medios de comunicación de masas.

Consideramos que el proyecto que defenderemos el próximo 23 de octubre es cuanto menos ambicioso e integra a todo el pueblo canario. La cuestión de la Independencia no es un capricho pasajero, es algo necesario y que será inevitable en algún punto de nuestra futura historia. Pero no queremos una Independencia cualquiera, no es un capricho chovinista: defendemos la Independencia y la Soberanía de Canarias, a través de un proyecto socialista que haga partícipe al pueblo canario del devenir de su País, de una vez por todas. Defendemos una Independencia que sirva como instrumento para el cambio social, para poner fin a las desigualdades sociales, una independencia que sirva a los intereses de los trabajadores y trabajadoras que viven en este país. Una Independencia formal, donde cambiemos la bandera y sigan gobernándonos las mismas burguesías de siempre, sean canarias o extranjeras, no es un proceso que nosotros consideremos revolucionario, sino más bien continuista. Y tenemos ejemplos de sobra en la historia de otros países para saber que la Independencia no conlleva necesariamente mejorar la situación, sino muchas veces es un simple cambio de yugo. Nuestro trabajo ha de ir encaminado a que la Independencia cambie realmente la situación de nuestro archipiélago, no queremos que Canarias se convierta en plataforma de agresión hacia otros pueblos. Queremos una Canarias Libre y Socialista hermanada a otros pueblos del mundo.

Toda casa se construye desde los cimientos y partiendo desde esa base, nosotros queremos construir un país desde abajo. Mucho se ha avanzado en las últimas tres décadas de nuestra historia, pero hay que seguir profundizando en ese proyecto. Todavía las canarias y los canarios en términos generales, tienen una canariedad pre-consciente, utilizando términos de Manuel Alemán. Eso hay que convertirlo en un sentimiento canario consciente y consecuente. Hay que ir más allá del mero folclorismo barato que nos venden como “canariedad”, debemos trabajar para que el pueblo sea consciente de la propia realidad en que vive. Este es el punto número uno de nuestro trabajo, que deberá acabar con nuestro País como estado independiente y soberano. Será una labor larga y complicada, pero desde luego muy ilusionante.

Azarug e Inekaren.

Canarias a 13 de octubre de 2010.

lunes, 11 de octubre de 2010

Artículo de Franscisco Javier

Un reto para la izquierda independentista canaria

El 23 de octubre se celebra el aniversario de la creación de la Bandera Nacional Canaria. En Tenerife se convocan dos manifestaciones de planteamientos políticos diferentes que obligan a optar.

En este año 2010 la ONU habría, supuestamente, de terminar todos los procesos de descolonización abiertos y pendientes. Solo supuestamente porque, en realidad, ni uno solo de estos procesos habrán, cuando finalice, progresado un milímetro bajo los auspicios y mandatos de la Asamblea General de ese organismo al que el poder de determinados estados miembros, encabezados por el “Gran Patrón” gringo, lo convierten en la práctica en muy poco “internacional”.

Aquí, en este territorio africano atado por un colonialismo secular a un estado europeo como el español, determinados sectores del independentismo que han optado por el interclasismo –más bien por el desclasamiento- y por esperar que con el apoyo mediático que puede proporcionarles un periódico de gran tirada como “El Día” y en la falsa creencia de que una oligoburguesía canaria, dependiente y sumisa, pueda sumárseles en un futuro cercano con los “Zerolos boy´s & Cía” a la cabeza, esperan confiadamente a que se cumpla la profecía de que este 2010 será para nosotros el “Año de la descolonización”. Lo he denominado como “profecía” porque no deja de ser un acto de fe casi religioso creer que la descolonización y la subsiguiente independencia vienen determinada por un inexorable devenir histórico, a pesar de que más de cinco siglos de ocupación y explotación nos demuestra que los sucesivos gobiernos hispanos, sean monarquías, repúblicas o dictaduras de toda laya, han tenido la capacidad y la voluntad de anular las indudables condiciones objetivas y objetivables que determinan el derecho de este territorio y su población a la formación de su propio estado, imponiéndose a los intentos, la mayoría de las veces aún en embrión, de la ruptura de la dependencia. Esto nos lleva a la conclusión de que solo una iniciativa realmente revolucionaria podrá impedir el triunfo del colonialismo y el imperialismo.

Un análisis, por somero que sea, de nuestra situación actual nos muestra a una burguesía canaria, débil, subsidiada y dependiente, incapaz por ello de ponerse de forma autónoma al frente de ese necesario proceso revolucionario ya que, se quiera o no, nos guste o no, la independencia advendrá por un proceso revolucionario y nunca por una evolución hacia “más autogobierno” del régimen supuestamente autonómico al que tendrá que sustituir y, por lo mismo, que destruir previamente. Nuestra burguesía siempre usara su pseudonacionalismo como moneda para pactar ventajosamente para sus intereses con el gobierno colonial del que depende. Es una opción limosnera, de recogemigas del festín capitalista hispano bajo el manto protector del imperialismo, por lo que solo una opción de izquierdas, que aspire a la extinción de la explotación de unos hombres por otros y a la existencia de clases dominadoras y clases dominadas podrá crear una Canarias Libre e Independiente que evolucione hacia una sociedad más justa e igualitaria, esto es, al socialismo democrático.

La izquierda creadora debe decir un rotundo sí a la idea de independencia, pero no dirigida por la actual burguesía, que además no tiene deseos reales de alcanzarla sino de usarla como arma de presión en busca de mantener –y, en lo posible, aumentar- su situación de privilegio en la sociedad dependiente canaria. Sí a la independencia pero bajo la dirección firme de una idea de progreso, de izquierda transformadora, que haga del proceso un camino a un futuro mejor para todo el pueblo canario. De todas formas hay que entender que nuestra burguesía juega con un fuego que puede quemarla. Puede verse arrastrada más allá de ese límite limosnero y pactista que se propone, pero eso solo sucederá si desde las clases populares se la obliga a ello y eso no se consigue sin un cabal sentido de clase. Entiendo que el proceso final tiene que contar con sectores concienciados de las clases burguesas y especialmente con la participación de las clases medias canarias (que son también populares) pero eso no se consigue con ficticias uniones interclasistas sino con el desarrollo fuerte de la opción de la izquierda nacional canaria que pueda luego hacer avanzar a otros sectores más proclives al mantenimiento del status actual por el camino de la independencia. Por eso se hace imprescindible la clarificación del espacio político y la creación y fortalecimiento de la organización de la izquierda capaz de llevar la dirección moral, cultural e ideológica del proceso de liberación. La izquierda, aunque haya sido quién ha determinado los avances, siempre ha ido a remolque de la burguesía. Muchas veces he dicho que hemos sorribado el terreno, lo hemos arado, surcado y plantado pero son ellos los que recogen la cosecha. Ahora nos toca la tarea de crear y fortalecer nuestra propia autonomía organizativa y política, subsanado errores anteriormente cometidos en procesos como PCU o FREPIC por poner ejemplos que conocemos bien. Con una organización fuerte e independiente de la izquierda nacional canaria puede llegarse a pactos que posibiliten el surgimiento de una nueva hegemonía que bascule sobre las clases populares y no sobre la burguesía dependiente y el complejo colonial-imperialista que ahora la ostenta y utiliza.

Creo que todos somos conscientes del enorme poder de la ideología dominante que se arraiga en las clases populares a través de sus instrumentos de dominación, que no son solo legislación, judicatura, ejército y policía sino que involucran desde la enseñanza a la religión y, sobre todo, a los hoy poderosos medios de desinformación y adoctrinamiento que son los “mass media”, capaces de hacer de una histérica e histriónica Belén Estévanez un fenómeno de masas y convertirla en un posible partido político unipersonal que sería, según encuestas, la tercera fuerza política del estado español. A eso tenemos que enfrentarle un auténtico espíritu crítico y constructivo que solo puede lograrse con firmeza ideológica y con claridad de ideas y de posicionamientos políticos.

La clarificación y construcción del espacio político de la izquierda nacional canaria tiene que hacerse desde posiciones definidas y alejadas en esta fase de desarrollo de cualquier popurríideológico interclasista. Esa es la razón por la que, a la vista de las dos manifestaciones convocadas en Tenerife para celebrar el aniversario de la bandera nacional canaria el próximo día 23 –una interclasista y pretendidamente “unitaria” en Santa Cruz y otra con un claro posicionamiento de izquierda nacional en La Laguna- se presenta una oportunidad de comenzar ese imprescindible proceso de vertebración autónomo y definido que permita aglutinar separadamente a los que pretendemos que sea la izquierda la que oriente y lidere el proceso de liberación y a los que, por otro lado, siguen creyendo en posiciones y profecías mesiánicas para, con la hipotética colaboración de la actual burguesía hegemónica canaria, alcanzar una independencia que sea la continuidad del status que les permite ejercer, con resabios tardofranquistas incluidos, el dominio depredador con el que el sistema colonial les paga su apoyo actual. Llegará, con el desarrollo del proceso liberador, el momento de plantearse una lucha y estrategia comunes, pero ahora es el momento de clarificar y aglutinar a los que creen que la independencia es algo más que el cambio de bandera y DNI. En Santa Cruz estarán los que tienen la “independencia” sin adjetivos como meta de su lucha. En Aguere los que a la lucha por la independencia añaden como inseparable un adjetivo, esto es, “independencia y socialismo”.

Yo, si puedo, estaré en La Laguna ese próximo “Día de la Bandera”.

Canarias, octubre de 2010.

Francisco Javier González.

jueves, 7 de octubre de 2010